Una dosis de optimismo para aliviar la enfermedad que acusa el mercado laboral: existen áreas, sectores y profesiones que generan oportunidades y que se demandan en la actual coyuntura. Se trata de ámbitos específicos que con la crisis han repuntado, y que pueden suponer un balón de oxígeno para los casi cinco millones de desempleados o para aquellos que desean dar un giro a su carrera profesional.

Las energías renovables, el sector educativo, el ámbito rural, las empresas de ingeniería, obra civil y concesionarias son algunos de los nichos en los que se necesita savia nueva, profesionales dinámicos y con experiencia que no teman los cambios que se avecinan. El actual escenario también reclama nuevos modelos de negocio low cost que se antojan como otra fórmula para los emprendedores. Y es que, tal y como apunta Alberto Fernández Terricabras, profesor del IESE, “las oportunidades de negocio aparecen cuando surgen necesidades. Con la crisis surgen nuevas carencias que las empresas y los emprendedores intentan cubrir”.

La recesión ha puesto en jaque a sectores como el de la construcción, el financiero y el de servicios, que han tenido que reinventarse. Esta renovación ha abierto nuevos nichos y ha puesto sobre la mesa perfiles profesionales distintos de los que ya existían. En el sector del ladrillo, Diego Sánchez de León, socio de talento y organización de Accenture, expone que “el hecho de disponer de menores rentas y de patrimonio para adquirir una vivienda deriva en que se prolongue la vida de los inmuebles. Esto hace que se solicite la labor de profesionales que se dediquen a las reformas”. Algo similar ocurre en el campo del transporte: los desahucios y el traslado a casas con alquileres de importes bajos requieren los servicios de empresas de mudanzas, según Sánchez de León.

Los sectores más castigados por la crisis tienen que renovarse, y con ellos, los perfiles que demandan

Por su parte, Juan Díaz-Andreu, profesor del Programa de Alta Dirección de la Escuela de Organización Industrial (EOI), recuerda que “las empresas españolas están buscando la manera de sustituir los ingresos nacionales que están dejando de tener, viéndose abocadas a una expansión internacional que les permita compensarlos”. Para lograr este objetivo, estas organizaciones “buscan directivos de alto nivel para ser country managers o jefes de proyecto en las filiales que abren en el extranjero”, añade Díaz-Andreu.

En concreto, algunos nuevos focos de negocios dependen del valor que pueda aportar el trabajador, según María José Martín, directora de atracción y gestión de talento de Manpower. Esta experta considera que “la experiencia internacional de un candidato, por ejemplo, permite a la compañía plantearse la apertura o la consolidación de una área comercialmente importante”.

Nuevas profesiones

Las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales han propiciado el nacimiento de nuevas profesiones y funciones. “Las empresas se plantean cuál es la mejor forma de entrar en contacto con futuros clientes y cómo ganar eficiencia en sus procesos internos”, añade Martín. Esta necesidad abre la puerta al desarrollo de compañías dedicadas a la aplicación web, gamelearning, desarrollo de vídeos online, comercio electrónico y geolocalización a través de dispositivos móviles.

En el área financiera también se requiere sangre nueva. La crisis ha penalizado este sector que ahora se ve abocado al cambio. Esta transformación llega de la mano de la búsqueda de nuevos perfiles que solventen las actuales necesidades de este negocio. Según la directora de atracción y gestión de talento de Manpower, “es evidente que las empresas centran gran parte de sus esfuerzos en la parte de venta y el control de gastos, hecho que provoca que ciertos puestos de trabajo tengan más demanda. En concreto, el área financiera requiere desde directores a controlers o gestores de cobros, pasando por administrativos”.

Asimismo, en el sector de capital riesgo, donde se están llevando a cabo distintas operaciones –como la compra del 49,9% de Maxam por Advent o las nuevas inversiones que se están realizando ahora en Brasil– se solicitan, tal y como apunta Díaz-Andreu, “perfiles para sus empresas participadas y, en algunos casos, para sus equipos de inversión. En esencia, lo que buscan estas organizaciones son ingenieros y economistas con formación de posgrado en escuelas de negocio de prestigio y con un mínimo de 10 años de experiencia relevante demostrable”.

Ante un entorno cambiante, se busca un profesional que se adapte a las distintas realidades por las que pasa la compañía. “Hoy día, un candidato con preparación, polivalente, con conocimientos de idiomas y con motivación tendrá más posibilidades de encontrar un empleo que una persona inmovilista”, afirma la directiva de Manpower.

La crisis también ha empujado a los más decididos a apostar por la emprendeduría, y en este sentido son los negocios low cost los que más posibilidades de éxito tienen. Fernández Terricabras apunta que “ofrecen productos a bajo precio gracias a que cuentan con una estructura más básica y dan más poder al consumidor”.

Al estilo ‘low cost’

El fenómeno del bajo coste, nacido en el ámbito de las aerolíneas, ha salpicado a la práctica totalidad de los sectores de negocio y se presenta hoy como una buena oportunidad para poner en marcha una empresa con una inversión inicial menos agresiva. Los emprendedores low cost deben contar con perfiles más financieros, pues tienen que tratar con fondos de inversión y capital riesgo, manejar con soltura las nuevas tecnologías, ya que Internet se presenta como la principal plataforma para estas empresas y, sobre todo, ser el primero en poner en marcha la idea.

Muchas de las compañías de bajo coste que han nacido con la crisis, como Groupon o Letsbonus, “seguirán en el futuro pero, sin duda, la situación económica ha conseguido que crezcan con más fuerza”, puntualiza el profesor del IESE.

Con crisis o sin ella, está claro que los sectores económicos no desaparecen, tan sólo se transforman, y aquellos que aspiren a continuar en la brecha del mercado laboral deben aprender a adaptarse.

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Fuente: Expansion.com