Si quieres gozar de una buena reputación, preocúpate en ser lo que aparentas ser”. Sócrates dio en el clavo con esta afirmación tan actual, una aseveración que en Internet alcanza casi el nivel de axioma. Y es que la Red se ha convertido en una gran mesa camilla en la que se comparten opiniones, artículos, comentarios, etcétera, que pueden encumbrar una compañía o dejarla a la altura del talón. De ahí la importancia de cuidar la marca online. De dedicar tiempo y esfuerzo en construir una imagen que atraiga las miradas.

La crítica es de gatillo fácil, por eso es tan complicado mantener una reputación intacta. Sin embargo, para una empresa es esencial, en la medida de lo posible, cuidar este aspecto porque “permite anticiparse a los problemas de una manera proactiva”, asegura Laura Illia, directora académica del máster en comunicación corporativa de IE University. La capacidad de reacción de una compañía ante ciertos juicios de valor que de su firma pueden hacer los internautas es muy importante. Para ejemplo, la empresa de comida rápida Domino’s Pizza que se vio envuelta en una polémica que dejó su imagen de marca bastante dañada. Dos empleados de una de estas franquicias situada en Carolina del Norte (Estados Unidos) decidieron colgar en Youtube un vídeo en el que se les veía preparando una pizza de una forma nada ortodoxa. La empresa tardó más de dos semanas en responder, pues no conoció el problema hasta que un cliente le envió un correo electrónico explicando lo sucedido y la repercusión que había provocado en las redes sociales y en distintos blogs.

Para evitar este tipo de situaciones, “es necesario una actitud de revisión constante. Si en la pantalla del ordenador de un directivo no hay abierta una herramienta de análisis de web de manera permanente, la visión que esa empresa tiene de Internet está mal planteada”, asegura Enrique Dans, profesor de sistemas de información en IE Business School. Las herramientas más habituales, según Illia, “son las denominadas issues management, que permiten monitorizar los discursos online de varios usuarios sobre una marca o una empresa. No obstante, no son las herramientas las que marcan la diferencia, sino el sujeto que las usa y cómo las aplica. Es fundamental, por ejemplo, que se restrinja la monitorización a un área que sea estratégica para la compañía. Es esencial, por tanto, que el plan de comunicación y el de reputación sean claros”.

Cierto es que cualquier compañía puede crear contenidos en su página web o crear vínculos a otros portales, pero es necesario evitar confundir publicidad con reputación. Andrés Pérez Ortega, especialista en estrategia y branding personal, explica que cualquier firma que vende un producto o un servicio debe cumplir con tres premisas: ser útil, de fiar y visible. “Primero tienen que encontrarte, y para ello es necesario la publicidad y la presencia en Internet; luego deben fiarse de tu compañía, aquí es cuando se hace indispensable gozar de una buena reputación. En tercer lugar, conviene generar valor y demostrar lo que haces y cómo lo haces”.

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Fuente: Diario Expansión.