Participaron más de 30 grandes inversores para analizar cómo está el sector y cuáles son los principales retos a los que se enfrentan a día de hoy tanto inversores como emprendedores. Y es que unos no se entienden sin los otros, son las dos caras de una misma moneda que están condenadas a entenderse. El encuentro giró en torno a una serie de temas-charla propuestos por los propios inversores y moderados por Emilio Márquez CEO de Networking Activo. Aquí os dejamos las conclusiones sobre el debate que se produjo en relación con la internacionalización de los emprendedores españoles

 

Internacionalizar parece “El Dorado” del emprendedor, salir al mercado internacional es sinónimo de éxito. Pues cuidado que la ciudad de “El Dorado” aún sigue sin haber sido encontrada después de siglos. No existe la fórmula mágica que nos vaya a dar el triunfo, internacionalizarse es complicado dadas las dificultades que plantea por ejemplo el desconocimiento del mercado desde varios puntos, cultural, legal e incluso idiomático. Además es caro: los inversores plantean que puede costarnos hasta un millón de euros por país y tiene un porcentaje de fracaso alto, no el hecho de vender desde nuestra web a diversos países sino el de crear infraestructura en cada uno de los mercados a los que nos queremos dirigir.

Eliminemos además el falso mito de que las empresas norteamericanas nacen con vocación internacional porque no es así, esa vocación de crecimiento global llega después de dos o tres años de actividad. Primero hay que comenzar en el mercado local, el que conocemos y a partir de ahí expandirnos, siempre en la medida en que nuestra propia empresa lo pida. No se puede establecer una regla general porque dependiendo de nuestro negocio veremos la necesidad o no de nacer con vocación internacional.

 

Hay que tener en cuenta que cada país es diferente, tendemos por ejemplo a hablar de Latinoamérica como en un todo, cuando es toda una amalgama de países, nada tiene que ver Chile con Argentina o con Brasil y no digamos ya con España. Concebimos un modelo de negocio para nuestro país pero hay que tener en cuenta que al exportarlo a otro hay que adaptarlo a ese país y siempre con la ayuda de quienes conocen el mercado al que vamos. Se necesitan muchos recursos cuando queremos cambiar nuestro negocio de país y conocer bien al mercado que vamos a dirigirnos para en el caso de que sea necesario, efectuar los cambios necesarios en nuestro modelo.

 

El factor localización es clave para el emprendedor y no hay que obsesionarse en acotarla o expandirla porque sí, sino en estudiar qué vocación geográfica es la óptima para nuestra empresa. Las empresas que llegan de EEUU son las que dirigen la orquesta, Google o Facebook poco han hecho para adaptar su negocio a España salvo el cambio de idioma, pero llegan con un mercado maduro y más potente que les avala mientras que si damos la vuelta a la situación, si miramos a las empresas españolas que cruzan el charco llegan con la necesidad de adaptarse a otras sociedades. Aspectos tan básicos como el color del logo o el de nuestra página web puede afectar a la monetización. El emprendedor no ha de obsesionarse con la internacionalización, sobre todo cuando tenemos obstáculos tan básicos como el idioma.

 

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Fuente: Loogic.