Bill Aulet (Nueva York, 1957) es director del Centro de Emprendedores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston, uno de los más reputados viveros de creación y aceleración de empresas. Después de lanzar varias compañías desde ese centro en los años noventa –unas con éxito, otras, no– ahora lleva sus riendas desde hace cuatro años. Uno de los lugares donde mejor se palpa la realidad de lo que significa crear un negocio.

 

Ha estado unos días en Valencia en el programa Valencian Global Growth, un mecanismo de aceleración de empresas que se desarrolla de la mano del gobierno regional. Varios días encerrado con once emprendedores valencianos cuyas compañías ya llevan una trayectoria de varios años y que han sido premiados con este programa, que promete un objetivo: multiplicar las ventas por veinte en cinco años.

 

¿Es esto posible? Para Aulet, “ése es el crecimiento potencial. Si logran vender en los mercados globales, seguramente lo van a conseguir. Tal como lo hacen ahora, no. No todas lo van a lograr, pero sí algunas de ellas. Ése es el objetivo. Si creamos tan sólo una gran compañía aquí, creamos miles de empleos. ¿Es alcanzable? Rotundamente, sí. Y lo vemos constantemente”. Ante tan tajante respuesta, sólo cabe preguntarse por las posibilidades estadísticas. ¿Cuál sería un ratio de éxito alcanzable, según su experiencia? “Un 25% sería un buen ratio. Puede ser algo más o menos. Pero lo bueno es que cuando se empieza, inspiras a otra gente, y es entonces cuando creas un clúster”.

 

Para Aulet, hay un elemento clave a la hora de impulsar la creación de empresas, y es distinguir entre los dos tipos de emprendedores. Él los separa en SME –acrónimo del inglés small medium entrepreneuship– y los IDE –innovation driven entrepreneurship–. “Los SME sólo crean pequeñas compañías, que se quedan pequeñas y venden a sus mercados locales. Los IDE son la gente que vende al mercado global. Estas empresas requieren mucha más paciencia, mucho más capital, alta cualificación … Y se necesitan las dos, pero ahora en España se precisan IDE, porque es donde está la gran creación de empleo. A menudo los países sólo ven ‘éste es un emprendedor’, y ponen en marcha programas para ambos. Pero hay que distinguir, porque los IDE necesitan mucho más”.

 

Aulet dibuja a mano dos gráficas de abcisas y ordenadas. Los SME, según su teoría, pueden llevar una tendencia de crecimiento de su cash flow en positivo desde el primer momento, y crecerán poco a poco. Según su segunda gráfica, los IDE tendrán cash flow negativo en los primeros momentos pero después, cuando entran en positivo, tienen un crecimiento mucho más empinado.

 

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Fuente: Diario Expansión.