La inversión en I+D+i fue prioritaria hasta que llegó la crisis. El gasto en esas tres partidas ya encadena fuertes ajustes en los Presupuestos de 2012 y 2013, en los que se ha priorizado la concesión de préstamos sobre las subvenciones como una manera de garantizar que los recursos no fueran a fondo perdido, tal y como se ha denunciado desde el ámbito empresarial.

 

Los expertos, sin embargo, alertan del escaso grado de ejecución del capítulo 8 (activos financieros) en el que se encuadran estos préstamos. Durante los ejercicios que se mantuvo el Ministerio de Ciencia e Innovación, apenas se concedió el 40% de los créditos y ese porcentaje podría ser aún inferior este ejercicio.

 

Según los últimos datos de la Intervención General del Estado, correspondientes a agosto, tan solo se ha otorgado el 8,6% de los préstamos incluidos en los dos principales programas competitivos (Fomento y coordinación de la investigación científica y técnica e Investigación y desarrollo tecnológico industrial), que absorben el 60% de los créditos (3.454 millones). Los elevados intereses exigidos para poder acceder a los créditos y la obligatoriedad de que Hacienda autorice la concesión de un préstamo bonificado son las dos principales causas para ese frenazo.

 

Para tratar de solventarlo y acelerar la ejecución de esos créditos el año que viene, el Ejecutivo ha introducido dos disposiciones adicionales en los Presupuestos Generales para 2013, que permiten a los organismos bonificar los préstamos hasta valores iguales al euríbor a un año sin necesidad de autorización por parte de Hacienda. "Esto sin duda agilizará la publicación de convocatorias", subraya Íñigo Segura, director general de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit). En concreto, la disposición adicional novena exime a los centros de la autorización previa de Hacienda para poder conceder créditos bonificados, mientras que la tercera faculta para lo mismo al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), organismo dependiente del Ministerio de Economía y encargado de gestionar todos los préstamos a las empresas.

 

Segura muestra, sin embargo, sus reticencias por la falta de concreción que existe en las cuentas públicas en la medida en la que no se detalla cómo se van a compensar esas bonificaciones. "No se explican las posibles consecuencias que estos préstamos bonificados pueden tener en las reservas del capítulo 7 (subvenciones), ya que estas deberían servir para compensar las ventajas financieras sin agravar el déficit público", subraya. En su opinión, si finalmente se otorgaran esos préstamos con tipos inferiores, podría verse reducido considerablemente el presupuesto para subvenciones en determinados programas competitivos.

 

Una dotación que ya ha sufrido un fuerte ajuste en los dos últimos presupuestos. La partida ligada a subvenciones apenas asciende a 923 millones para el próximo ejercicio, lo que representa un pírrico 13,4% sobre el total y un desplome anual del 15,6%.

 

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Fuente: Diario Cinco Días