Andrés Ballesteros es un abogado reconvertido a emprendedor que puso en marcha Vivia Biotech, una de las empresas que mayor inversión ha conseguido en el sector biotecnológico español: 11 millones de euros, además de otros 22 millones en ayudas a la investigación. Este barcelonés tiene claro su consejo a los emprendedores que buscan un acuerdo con inversores. “Hay que ser práctico, porque sin financiación te mueres. No hay que empeñarse en aspectos del pacto que te hagan perder la inversión”.

Por eso, recomienda no obsesionarse con mantener la mayoría del accionariado:“Prefiero tener el 20% de una empresa que se venda en el futuro por 100 millones que un 51% en una que acabe quebrando”. Reconoce que el inversor se juega su dinero apostando por tu proyecto, por lo que hay que darle protección a su capital con un colchón de salida que le garantice la inversión y un retorno en caso de que no se cumpla la rentabilidad prevista.

Advierte de que el emprendedor debe conservar un paquete accionarial suficiente para mantener su motivación y evitar un posible abandono del proyecto, y cree que nunca el promotor debe poner garantías personales que pongan en riesgo su patrimonio.

Manuel Balsera, fundador de compañías como ITrain, Start DMC (Digital Media Capital) o N-Screams, afirma que es una cuestión de proporcionalidad. En las primeras fases el emprendedor puede conservar la participación mayoritaria, pero debe mentalizarse de que en futuras rondas de financiación será muy difícil mantener el 51%.

Gonzalo Cerón, socio de Olleros Abogados y especialista en este tipo de acuerdos, advierte de que en muchas ocasiones los financiadores piden cláusulas de arrastre, que le obligan a desprenderse de sus acciones cuando lo hacen los socios inversores.

También se tiende a pactar una dedicación exclusiva y a tiempo completo al equipo fundador, y en ocasiones incluso un periodo de permanencia en el proyecto para evitar fugas antes de tiempo.

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Fuente: Diario Expansión.