Meter la cabeza en el impetuoso y mutante tejido start up de Silicon Valley puede convertirse en una misión imposible para muchos inversores. En algunos casos, porque no tienen la suficiente capacidad inversora como para convertirse en angel investors de estas start up o entrar dentro de un fondo de inversión. Para muchos, el problema es saber que esas start up existen. La información es clave a la hora de manejarse en cualquier sector. En la inversión en start up, resulta crítico. Imagínate haber tenido la posibilidad de invertir en la fase inicial de Instagram, Airbnb o Dropbox.

Esa brecha de acceso es la que intenta solucionar Funders Club, una start up dedicada a facilitar la inversión en otras start up con buenas expectativas. Lo que hace especial a Funders Club es que cualquiera puede convertirse en un angel investor con una cantidad mínima de 1.000 dólares. Esta plataforma online acoge a start up con objetivos específicos de financiación y un plazo para conseguirlo. En este sentido, imita la apariencia de sitios de crowdfunding. Las compañías participantes disponen de un perfil –cada una con su logo, breve descripción, situación de su objetivo de financiación e incluso presentaciones en vídeos–, lo que también le da un aire de red social.

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Fuente: Diario Expansión.