El dominio propio es una disciplina básica para cualquier emprendedor. Con su expansión podemos crear los resultados que más nos importen. Abordamos nuestros objetivos como una tarea creativa, como un artista aborda una obra de arte o un deportista de élite la preparación de un campeonato del mundo. Lo hacen consagrándose a un autoentrenamiento -self-coaching- incesante, a un aprendizaje continuo.

Lo extraordinario, aunque pocas personas lo tienen en cuenta, es que esta visión sólo depende de uno mismo. Tenemos el poder de reivindicar, cambiar o ampliar nuestra visión y, por tanto, nuestro proyecto deseado. El dominio propio es abordar nuestros objetivos de manera creativa. Es la finalidad del Self-coaching o Coaching con uno mismo.

Los emprendedores con alto nivel de dominio propio tienen un sentido especial de la visión, la transforman progresivamente en vocación. Si, además, tienen perspectiva sistémica, ven la realidad actual como un aliado y no como un enemigo. Aprenden a percibir las fuerzas del cambio y a trabajar con ellas en vez de resistirse.

Consideran, como decía Peter Drucker, que "el modo más eficaz para gobernar el cambio con éxito es crearlo". Lo ven como una oportunidad en lugar de una amenaza. Se sienten conectadas con otras personas y con la vida misma. Se sienten parte de un proceso creativo más amplio en el cual pueden influir sin controlarlo unilateralmente.

Más información: Navactiva.

Fuente: Navactiva.