La moda, las cambiantes tendencias de consumo o el avance tecnológico van haciendo que la demanda de los consumidores varíe y que el tejido empresarial se modifique. Puede que diseñar coches de caballos o elaborar cestos de mimbre, por ejemplo, fueran negocios rentables hace un siglo y que hubiese muchos fabricantes. Hoy, aunque todavía queden algunos, será un negocio casi residual. Y sin irnos tan lejos, podemos pensar cómo la evolución de la tecnología ha liquidado muchas empresas que fabricaban máquinas de escribir y sus accesorios, cintas de vídeo y casetes de música, cámaras y carretes de fotos, etc.

Más información: Revista Emprendedores.

Fuente: Revista Emprendedores.