La banca y el sector financiero tienen ante sí no sólo el reto de superar la actual recesión que atraviesan los países occidentales, sino también el de mejorar su imagen y prestigio social, muy dañados durante esta crisis de origen financiero salpicada de distintos escándalos en no pocos países. Las firmas de esta industria trabajan por recuperar su mejor reputación, y en este contexto la profesionalización es uno de los ejes principales para conseguirlo. Una mayor cualificación de sus empleados, unas reglas claras de comportamiento ético y una mayor especialización técnica son algunas de las claves en este objetivo, y ahí es donde entran en juego las certificaciones y acreditaciones profesionales que vienen incrementando su importancia en el sector durante los últimos años, por varios factores.

En un mercado global la demanda de servicios financieros especializados aumenta exponencialmente. También crecen las demandas del profesional financiero para mejorar su status, su empleabilidad y las posibilidades de carrera internacional en un sector muy competitivo.

Esto se suma a la exigencia de los inversores de recibir un mejor asesoramiento en los aspectos técnicos, acompañado de un comportamiento ético por parte de los profesionales que evite situaciones como las vividas en la última crisis financiera, con prácticas como las llamadas hipotecas basura en Estados Unidos y escándalos como el de Madoff o Societe Generale; también las empresas financieras tienen la necesidad de ser más competitivas, invirtiendo en capital humano. "Las disciplinas profesionales relacionadas con el mundo financiero están siendo objeto de un cierto escrutinio de la sociedad, al establecer ésta en ocasiones un paralelismo directo entre la crisis general que padecemos y algunas prácticas financieras que, sin duda, son presa fácil de posiciones de un cierto carácter populista. Por lo tanto, es muy importante trasladar a la sociedad la importancia de nuestra contribución a ésta. Explicar bien nuestra actividad, tanto cuando se hace bien como cuando no se hace tan bien", explica Jesús López Zaballos, presidente de la European Federation of Financial Analysts Societies (Effas) y director de la Escuela de Formación de la Fundación de Estudios Financieros-Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF).

La labor del supervisor es fundamental para evitar el intrusismo, considera Zaballos, y para coordinar adecuadamente la proliferación de certificaciones. Aunque a nivel mundial no existe un único modelo de supervisión en estas materias, el más avanzado y eficiente parece ser el anglosajón, con algunas variantes interesantes como el caso de Brasil.

En España no existe una exigencia formal de certificación profesional para los financieros, por lo que López Zaballos considera necesario definir en nuestro país un marco de acreditaciones profesionales para el sector y la creación de un modelo por parte del supervisor.

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