En marketing existen unas siglas, las BOP, que integran a todos aquellos ciudadanos que se encuentran en la base de la pirámide social (Bottom of the Pyramid). Hasta ahora esos acrónonimos aludían a los casi 4.000 millones de personas que viven en el mundo por debajo del umbral de la pobreza, especialmente en Asia, África y América Latina.

España, en el punto de mira

El triste legado que nos está dejando la crisis es la incorporación de una U, de Urbano, a esas tres letras, en referencia al incremento de ese colectivo en el mundo desarrollado, especialmente en países como España. Los nuevos tiempos están abocando a miles de españoles a integrar una nueva clase social que está muy lejos de la acomodada clase media de antaño y peligrosamente cerca de la más depauperada clase baja.

En declaraciones al diario alemán FT Deutschaland, el presidente de Unilever para Europa Occidental, Jan Zjiderveld, sentenciaba en mayo pasado que “la pobreza regresaba a Europa” y anunciaba medidas concretas de la compañía para amoldar sus productos a las nuevas carencias del consumidor europeo, especialmente el latino –en referencia expresa a nuestro país– adaptándolas de su experiencia en países del tercer mundo.

Adaptarse o desaparecer

¿Es demasiado alarmista la postura del directivo de Unilever? Las cifras y los estudios revelan que, por desgracia, no. Por ejemplo, la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística fija en el 12,7% el porcentaje de hogares españoles que declara tener muchas dificultades para llegar a fin de mes y el 40% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos. Por su parte, el estudio Desempleo y consumo, de la consultora Kantar World Panel, señala que el paro ha reducido el consumo en 340 millones de euros durante el primer semestre del año.

Las consecuencias para las empresas son evidentes en ese contexto: o se adaptan al nuevo consumidor y a los nuevos hábitos de compra o se ven abocadas a desaparecer. En este reportaje queremos mostrarte qué iniciativas de las ya puestas en marcha por las grandes compañías pueden ser más fácilmente adaptables por las pequeñas y medianas.

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Fuente: Revista Emprendedores.