La consolidación de una start up hasta convertirse en una empresa robusta, rentable, que genera empleo y es sostenible en el tiempo nunca ha sido una tarea sencillo. Menos aún en los tiempos que corren, con subidas impositivas, recesión económica, estancamiento del consumo, crecimiento constante de la competencia y escasez de financiación bancaria.

Se trata de una tarea complicada, pero ni mucho menos imposible. España es un país poblado de pequeñas y medianas empresas y muchos empresarios que en su día fueron emprendedores han sabido convertirse en gestores para dar continuidad a sus proyectos, sobrevivir a los cambios de ciclo y permanecer ligados a sus firmas.

Es el ejemplo, entre otras muchas, de tres firmas en diferentes estadios: una que ha sobrepasado las tres décadas y acomete la sucesión familiar en la dirección. Otra que va camino de alcanzar su segunda década y una tercera se acerca a su primera década de actividad. Con todas sus diferencias, las tres coinciden en destacar la innovación para acometer nuevos proyectos dentro de sus empresas, el lanzamiento de nuevos negocios y la internacionalización.

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Fuente: Diario Expansión.