El hecho de que cada vez sean más las mujeres que emprenden nos lleva a preguntarnos sobre las condiciones que el entorno presenta ante esta situación.

Aunque hay muchos aspectos que están mejorando las condiciones de emprendimiento, hay otros muchos aspectos en los que se debe seguir trabajando.

Respecto al "marco institucional" se deben priorizar iniciativas de valor añadido relacionados con la innovación. Por ejemplo, nuevos modelos de negocios y alta productividad; oportunidades relacionadas con nuevas fuentes de creación de valor o incorporar a la mujer en el sector industrial.

También resultaría interesante fomentar la cultura financiera en vez de la cultura de subvenciones. Sensibilizar a las muejres a la utilización de programas públicos-privados e impulsar modelos de financiación más sofisticados y con especialistas.

Es importante ser conscientes de que los emprendedores, durante sus primeros años, no puden someterse a las mismas condiciones que una empresa convencional, por lo que sería necesario platear una reforma laboral.

En cuanto al capital humano, parece claro que la cultura del emprendimiento se debe enseñar desde los inicios. Instaurando emprendimiento en educación primaria y secundaria, FP y universidad. Así mismo, extender buenas prácticas emprendedoras y crear referentes de mujeres empresarias en la universidad especialmente en carreras científico-técnicas. Desde el ámbito de los parados, el INEM debería incluir cursos sobre emprendimiento y mejorar el emprendimiento potencial asociado a la necesidad.

Lo que está claro es que la sociedad necesita superar las diferencias de género en el proceso emprendedor. Para ésto es necesario la formación personal, continua en red y demanda de recursos especializados.

Más información: Revista Emprendedores.

Fuente: Revista Emprendedores.