En términos macroeconómicos y de inversión, Turquía atraviesa en la actualidad por uno de sus mejores momentos y las empresas españolas no quieren dejar pasar esta oportunidad. Nuestras exportaciones alcanzaron en 2012, según datos extraídos de ESTACOM, los 4.640 millones de euros, lo que supone un incremento de 3,9% respecto al ejercicio anterior. Durante la última década, este país frontera entre Oriente y Occidente ha experimentado un cambio económico y político radical que le ha conducido a la estabilidad y lo ha convertido en un destino de gran interés para la inversión extranjera. En la actualidad, alrededor de un centenar de empresas españolas se encuentran establecidas en este territorio.

La imagen de España y de nuestros productos es cada vez más favorable en el mercado turco y además, a esto hay que sumarle que nuestro país es un firme partidario de su adhesión a la Unión Europea. Turquía es el segundo mercado no comunitario para los exportadores españoles y España es su decimoséptimo suministrador. Sin embargo, las cifras de inversión directa son más bajas, ocupando la posición 26 en cuanto a stock de inversión directa.

Según una encuesta de la auditora internacional Grant Thornton, Turquía se erige como uno de los destinos preferidos por las firmas de capital privado como nuevo emplazamiento para sus inversiones. Paralelamente, con la vista puesta en el centenario de la República en el año 2023, el Gobierno turco ha emprendido una serie de ambiciosas reformas para modernizar el país y consolidarlo como una de las potencias mundiales del siglo XXI.

Programa ‘Visión 2023’

El Gobierno turco ha puesto en marcha el programa estatal “Visión 2023”, orientado a fortalecer los sectores agrícola, energético, infraestructuras y tecnologías de la información y la comunicación, entre otros. Según Invest in Turkey, las autoridades nacionales y locales han implementado numerosos proyectos de infraestructura mediante asociaciones públicas y privadas (PPP), a la par que desean realizar nuevos proyectos de infraestructuras en educación, energía, defensa, sanidad, transportes y otros servicios públicos.

Turquía está considerada como uno de los países líderes en el campo de la agricultura y sus derivados. Según Invest in Turkey, en materia agropecuaria el país prevé alcanzar los 150.000 millones de dólares de producto interior bruto agrícola; obtener una facturación en el exterior que ronde los 40.000 millones de dólares; alzarse como uno de los cinco países más importantes en producción agropecuaria; lograr 8,5 millones de hectáreas de zonas irrigables -en la actualidad ronda los 5,4 millones-; y ocupar el primer puesto en la industria pesquera, por delante de la UE.

En materia de infraestructuras, el sector turco capta cada día a más inversores y se centra en oportunidades comerciales a largo plazo. El país tiene previsto la construcción de una docena de nuevas autopistas que cubrirían 4.733 kilómetros por un valor de 52.000 millones de dólares. Además, desarrollará nuevas líneas de alta velocidad y diversos proyectos de modernización, electrificación y señalización de diversas líneas de ferrocarril convencionales.

Teniendo en cuenta la creciente demanda energética de Turquía –que crece en torno al 7% anual-, se requerirá una inversión que ronda los 130.000 millones dólares a lo largo de la próxima década, por lo que surgen numerosas oportunidades de inversión para compañías españolas. El objetivo de las autoridades a medio plazo es disminuir la dependencia tanto de combustibles fósiles como de las compras exteriores, mejorar la eficiencia energética y diversificar las fuentes de generación, prestando una especial atención al sector de las renovables.

Más información: Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).

Fuente: Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).