El cloud ha llegado para quedarse”, asegura Pablo Pérez, gerente del Observatorio de la Seguridad de la Información en Inteco. Y no sólo él. Según la consultora IDC, el mercado del cloud crecerá a un ritmo del 24% anual de aquí a 2016. Para dicho año, 1 de cada 5 dólares que se gasten en software irán al mercado cloud. Más allá de estas cifras, basta echar un vistazo a nuestro alrededor: ¿subes fotos a Facebook? ¿Escuchas música en Spotify? ¿Usas Gogle Docs? Como tú, cada vez más gente. Bienvenido a la nube. “Es tener en Internet lo que antes tenías en tu ordenador”, resume Javier Martín de Loogic.com. “Ha transformado todo, dónde, cómo y con quién consumes, desde cualquier lugar y momento”, cree Javier Celaya, fundador de Dosdoce.com. Así que hablar hoy de oportunidades de negocio en la nube es como hablar hace 10 años de oportunidades de negocio en Internet: es un campo abierto que invita a emprender y aventajarse.

¿Qué es emprender en la nube? 

Con el SaaS (software como servicio, la capa de la nube más dirigida a usuario final y empresa), “se factura en función del consumo: hasta ahora se pagaba un coste fijo por servicio y en la nube sólo por lo que consumes”, explica Alberto Macías, fundador de Frooze.tv. Es precisamente en los servicios donde afloran las oportunidades. Si te planteas entrar en el sector, esto es lo que debes tener en cuenta:

Los clientes del cloud. A grandes rasgos, el mercado del cloud por tipo de cliente se divide en B2B (soluciones para empresas), B2C (para consumidores) y B2G (para la Administración). Pero hay vida más allá. Además de nichos de consumidores con necesidades específicas, ¿se te habían ocurrido otros como el de los desarrolladores? Al portal Techcrunch sí. En un reciente artículo, apuntaba que el desarrollo de apps se democratiza y quienes se dedican a ello necesitan centrarse en sus productos. Tienen sentido servicios como espacios de trabajo, sistemas de hosting... “Urbanairship, por ejemplo, facilita construir una app con push notifications (notificaciones), in-app purchases (compras), analítica... Todo esto se puede hacer con el kit de desarrollo de iOS y Android, pero, créeme, es un infierno”, cuenta Carlos Sánchez, fundador de la red social de música en directo nvivo. “Detecta un proceso complejo y simplifícalo para hacer la vida fácil al desarrollador o a la empresa”, añade.

Reglas no definidas. Al ser algo tan nuevo, vas a encontrarte con esas cosas-en-las-que-nadie-había-pensado. “Una comparación: antes el dinero estaba en casa y no te fiabas de no tenerlo bajo la almohada. Se pasó a dejarlo en los bancos y ahora es lo normal”, indica Luis Morata, de Sistel. Un caso más reciente es el de Bruce Willis, que demandó a Apple porque quería dejar en herencia su biblioteca digital a sus hijas y la empresa no se lo permitía: “En iTunes no compras sino que adquieres el permiso para acceder al archivo durante un tiempo”, explica Celaya. ¿Solución? Sé transparente, ofrece garantías que otros no ofrecen y fideliza. “Vende el libro a un precio, pero por 10 euros más garantiza que en cualquier transformación tecnológica se mantendrá el libro”, sugiere Celaya. Otro tema es el legal. La nube son datos y la protección de datos en Europa es estricta y diferente en cada país, mientras que en Estados Unidos las compañías operan con más libertad. Si es en España y trabajas con datos personales, “por ley los servidores deben estar físicamente en el país o en la UE”, explica Macías. Así, no todos los modelos que funcionan en EE UU lo harán aquí. Villalba, por su parte, recomienda pensar en internacional.

Servicios ante todo. Si la nube es tener en Internet lo que antes tenías en el ordenador, la venta de contenidos que se compran en la Red y se quedan en él es parte del negocio. Celaya cree que no es el contenido, sino los servicios a su alrededor. “¿Por qué pagar cuando tengo acceso a un montón de contenido gratis? Pagaré por alguien que lo ordene, sepa mis necesidades, me permita interactuar... Servicios de descubrimiento y de almacenamiento vinculados al contenido”. El mejor ejemplo es Flipboard, una aplicación que te muestra el contenido de tus redes como si fuera una revista.

La capa intermedia. Gartner apunta que la tendencia de los próximos años es el bPaaS. Detrás de este rocambolesco acrónimo están los business processes as a service, o procesos de negocio como servicio. Hay tantos servicios en la nube que las empresas y los usuarios necesitan gestionarlos, agruparlos y que alguien haga la migración. Funcionan casos como “Privadocks o Linkovery, interfaces que acceden a los distintos servicios para gestionarlo todo desde una pantalla. Que tu escritorio, más que el acceso a lo que tienes en el ordenador, sea el acceso a lo que tienes en la nube”, cuenta Martín. Y para empresas, el brokerage (correduría) “Los brokers seleccionan un proveedor de cloud y lo agrupa en una factura única”, explica Macías. Por último, puedes optar por asesorar a la Administración. Luis Álvarez comenta que más del 60% de organismos acudirá a un asesor al comprar servicios de cloud: “Es una oportunidad para que pequeñas consultoras tecnológicas ofrezcan estos servicios a entidades locales”.

Los distintos modelos

Estos son algunos de los modelos de negocio que triunfan en los negocios en la nube:

Alquiler de activos digitales. Es lo que hacen, en España, empresas como Filmin (películas online) o 24symbols (libros online). En ambas, por un precio muy competitivo (entre dos y tres euros) puedes acceder a unidades de contenido (un libro, una película) para consumir en la nube.

Suscripción. Es el paso siguiente: el usuario se convierte en premium pagando una cuota para tener barra libre de contenidos y alguna funcionalidad especial. El referente es Spotify.

Grandes cuentas. Has desarrollado un software para la nube tan bueno que una gran empresa lo quiere en sus servidores. Es lo que hizo EyeOS, un escritorio web, en la Diputación de Cataluña o lo que hace Teambox con Infojobs.

Desarrollar para otras plataformas de cloud. Las hay que permiten a desarrolladores independientes subir sus aplicaciones y generar ingresos. Zoho, por ejemplo, integra multitud de aplicaciones para empresas (ofimática, CRM, productividad...).

Más información: Revista Emprendedores.

Fuente: Revista Emprendedores.