Gracias a esta estrategia, al cliente final le resulta atractivo comprar en Internet porque este canal es más barato que el comercio físico. Como explican Nathanael Berbessou y Gregory Bulckaert, fundadores de Bodeboca, “el precio final del producto se determina según el del mercado, al que aplicamos un descuento que se sitúa en torno al 30%. Uno de nuestros compromisos es ofrecer siempre el mejor precio del mercado. Analizamos los de más de 50 tiendas de forma continua. Una vez fijado un precio de venta atractivo para nuestros socios, descontamos nuestro margen (similar al de cualquier distribuidor) para determinar el precio máximo al que podemos comprar a las bodegas”.
Una estrategia similar es la que sigue Amazon Buy-Vip. Antonio Ábalos explica como negocian el coste de producto con sus partner: “Nuestro objetivo es conseguir la mercancía a un precio muy competitivo para así ofrecer descuentos de hasta -70% sobre el precio recomendado de venta en la mayoría de nuestros artículos”.

No obstante, esta política de precios más ventajosos en el canal online puede acarrear ciertos inconvenientes, alertan los expertos del Libro Blanco de Comercio Electrónico. Por lo que antes de adoptarla conviene hacerse unas preguntas: ¿Cómo van a reaccionar los clientes de mis tiendas al ver que el precio del canal online es más competitivo que el offline? ¿Si un cliente me pide el precio de Internet tengo que igualarlo en la tienda? ¿Los costes estructurales pueden ser soportados por una bajada de margen? Por otra parte, si se mantiene una coherencia de precios, también se corren riesgos, como que el peso del canal online crezca exponencialmente y haga que las ventas en las tiendas físicas bajen y dejen de ser rentables.

Como solución a esos problemas, el Libro Blanco propone recurrir a las promociones.

Más información: Revista Emprendedores.

Fuente: Revista Emprendedores.