No hace tanto que Lucía Molet cerró por última vez la puerta de su casa, en el barrio de Chueca, para iniciar una nueva vida. “Lo que nos habían vendido como ideal luego no lo era tanto. Hay momentos en que necesitas escucharte por dentro para saber qué es lo que quieres”. Ella así lo había hecho, y en esa íntima conversación descubrió que su vida estaba en el Bosque de La Herrería, de El Escorial. Hasta allí se trasladó cargada de proyectos “en busca de una vida tranquila” y dispuesta a poner en marcha Emprende Natura, escuela con la que “impulsa a las personas a salir de la ciudad”.


Es aún imperceptible para la estadística demográfica pero existe un creciente movimiento migratorio de la ciudad al campo en busca de una nueva vida. “Lo rural está de moda”, defiende Benjamín García Sanz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

“Lo que antes era identificado como paleto ahora se relaciona con calidad de vida, y son muchos los que quieren buscar esas conexiones”, añade García. En su opinión, “el proceso se acelerará en la medida en que abramos los ojos y descubramos las virtualidades de este mundo”.
¿A qué virtudes se refiere uno de los mayores expertos españoles en sociedad rural? El veterano profesor contesta: “En el pueblo se pueden hacer muchas cosas, se puede exportar a la ciudad o a China, lo rural cuenta con las bases económicas suficientes como para despejar el futuro de muchas personas siempre que se tenga imaginación y se sepa respetar las identidades locales”. Una afirmación que completa desgranando algunas de las que considera oportunidades de emprendimiento de futuro, algunas clásicas como la agricultura, la industria agroalimentaria o la recuperación de las labores artesanales: “Quien sepa comercializar esos tejidos, esa tradición culinaria o de cestería, dará con un gran negocio”, advierte. 

Otras de sus sugerencias son más innovadoras, como las dirigidas a la mejora de la oferta de los servicios sociales y asistenciales públicos o a cubrir las necesidades  comerciales en localidades con fuertes crecidas estacionales de población –“si lo hemos hecho en la costa, por qué no en pueblos que triplican su población en  vacaciones”–. Sin embargo, puede que su vaticinio más sorprendente llegue al afirmar que pronto la industria se afincará en los pueblos en busca de ahorros, sobre todo en suelo.

Nuevas tecnologías

Lo cierto es que las comunicaciones y particularmente las llamadas nuevas tecnologías han desdibujado las barreras entre lo rural y lo urbano. Hoy es posible dirigir un departamento de venta desde un aislado pueblo en la meseta castellana o en la verde Pontevedra. Este es el caso de Hifas da Terra, empresa de biotecnología aplicada a la micología fundada por Catalina Fernández de Ana, cuyos productos son vendidos en mercados como Dubái, Australia e Italia. Hasta un 40% de algunas de sus líneas son exportadas en lo que sin duda es un reconocimiento a este proyecto con fuerte componente de I+D+i.

 “Partimos de la investigación para llegar al mundo de la empresa y hoy somos punta de lanza en todo lo que tenga que ver con los hongos y las setas”, explica la propietaria de esta firma con ventas de dos millones de euros.

“Al campo está llegando gente muy preparada en busca de otra vida, que se dedica a labores de agricultura o a cualquier otra actividad pero con una visión muy renovada”, explica Aurelio García, presidente de REDR. La Red Española de Desarrollo Rural articula gran parte de la asistencia que empresarios y autónomos rurales pueden recibir a través de los llamados grupos de acción local. 

El conocimiento de estas organizaciones de la realidad local facilita a los emprendedores, bien sean de la zona o newrurales, todo tipo de información práctica. Además, canalizan los fondos de los interesantes Planes Leader, impulsados desde la Unión Europea para el desarrollo de la economía rural.

“Si un grupo de acción local da viabilidad al proyecto presentado, les vamos a ayudar en todas las fases de implantación, desde el desarrollo a su financiación pasando por las licencias”, explica Aurelio. 

Centrándonos en lo pecuniario, y de forma muy sucinta, los proyectos son financiables en función de su presupuesto con ayudas que no pueden superar los 200.000 euros, y que se entregan una vez hecho el desembolso en localidades de hasta 10.000 habitantes.
Aurelio no quiere desperdiciar la proximidad de una grabadora para lanzar una denuncia y una advertencia. La queja dirigida a la banca: “Que nos está paralizando hasta el 40% de los proyectos, incluso cuando financiamos el 50% de su cuantía”. La falta de financiación va a propiciar que parte de los fondos Leader del Plan que finaliza en 2013 tengan que ser devueltos. La advertencia apunta a los recortes de presupuestos: “Si se dinamita la red de servicios rurales en aspectos tan delicados como las escuelas o la salud, se va a hacer mucho daño al campo”.

Subvenciones disponibles 

REDER o Red Estatal de Desarrollo Rural es la otra gran estructura nacional de apoyo al emprendedor rural. Según José Andrés García, su presidente, “Buscamos la viabilidad del proyecto desde todos los parámetros. Por ejemplo el de la localización, que va a ser muy importante para su éxito final en temas como el turismo rural, donde se da la paradoja de saturación en algunas comarcas mientras en otras la demanda no se cubre”. 

En esta organización que trabaja por “la incentivación y diversificación” de la economía rural están convencidos de las oportunidades: “Está mejor adaptado a las nuevas circunstancias, ofrece una realidad en la que caben oportunidades muy distintas y hay disponibilidad presupuestaria para los proyectos productivos”, en clara alusión a los fondos Leader. 

Luis Montalvo sabe muy bien de la utilidad de estos fondos, que contribuyeron en unos 240.000 euros a financiar un proyecto de dos millones de euros. Ubicado en Fresno de la Fuente (Segovia), el Centro de Ocio Luis Miguel, tiene una oferta muy diversificada, desde su circuito de karting a rutas con quads o sesiones de paintball.

Aunque el tópico hable de dureza, pocas de las experiencias de los newrurales terminan en retorno a la ciudad: sólo un 1,4%, según la experiencia de Eva González. La coordinadora de Abraza la Tierra explica que esta fundación, que presta ayuda a personas atraídas por lo rural desde los grupos de acción local, ha ayudado a 400 familias, un 60% de las cuales pusieron en marcha proyectos emprendedores: “La pregunta del millón es qué monto –bromea Eva–. Cada vez llega más gente dispuesta a emprender una nueva vida, muchos de ellos con ahorros, pero no siempre tienen claro que es lo que quieren hacer. Les ayudamos a ordenar sus ideas aconsejándoles que pongan en valor su formación, sus actitudes y experiencias”.

Así lo hizo José Melero, que nunca imaginó que su afición a los caracoles sería un rentable modelo de vida hasta aquel día en que decidió dejar atrás 23 años como ingeniero industrial para “dedicar más tiempo a mi hija”. Hoy Helix Exea, su granja de caracoles en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), es parada obligada para cualquier persona que desee dedicarse a la helicicultura, una actividad con gran proyección, ya que la producción española sólo cubre el 5% del consumo nacional, el 80% es importando y el 15% restante, silvestre. 

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Fuente: Revista Emprendedores.