El siguiente caso es real y, además, habitual. En tres edificios contiguos de una céntrica avenida madrileña convivían el año pasado cinco sucursales bancarias: hoy sólo quedan dos. Una de ellas sigue en el mismo local, grande y bien visible. La otra se ha mudado al portal de al lado. Cuando las oficinas empezaron a cerrar, las tres comunidades de vecinos afectadas se enzarzaron en una guerra de ofertas para atraer al banco superviviente. Cualquier precio les valía antes que tener varios locales vacíos.

Aunque el descenso varía mucho según el tipo de inmueble y la ubicación. La tendencia general, tanto en locales comerciales como en oficinas, es de mantenimiento de los precios o ligera bajada en los productos de mayor valor (zonas prime, inmuebles representativos), mientras que “en las calles secundarias, los locales comerciales han llegado a caer hasta un 70%”, indica José Manuel Zafra, director de Locales e Inversiones de Consulting Inmobiliario Gilmar.

“Ante esta situación de mucha oferta de espacios vacíos y precios a la baja, nos encontramos en un buen momento para cambiar de oficina o local, o bien para renegociar los precios actuales”, concluyen los expertos de Fotocasa.es.

Mejor, renegociar

 No te dejes deslumbrar por el desplome de precios. Como advierte Ángeles Pérez, directora de Locales Comerciales de Jones Lang Lasalle, “por muchas oportunidades que surjan de estar en zonas prime, si no hay unos niveles de consumo adecuados, los locales se resentirán. Por eso, antes de ponerse a buscar un local nuevo, lo aconsejable es negociar una rebaja de la renta con el propietario”.

De hecho, según el Estudio del Mercado Locales en Madrid, Barcelona y Málaga 2012, elaborado por Aguirre Newman, en los últimos años se está observando una “generalización de bonificaciones y/o renegociaciones de contratos”.

Nadie quiere perder a su inquilino, así que ve a hablar con tu casero. Pero no improvises. Haz todos los números y prepara bien tus argumentos:

Lleva tu oferta. Calcula qué rebaja necesitas para seguir adelante sin ahogarte y valora si podría servirte una bonificación temporal. También, el coste del cambio: penalización fijada en el contrato, mudanza, reformas necesarias…

Estudia la zona. Seguro que en tu misma calle hay locales vacíos a un precio más bajo que tu alquiler. Muéstrale esos precios.

Pide mejoras. Si no es factible una rebaja, puedes plantearle otras mejoras, como una reforma del local o que asuma parte de los costes de suministros.

Más información: Revista Emprendedores.

Fuente: Revista Emprendedores.