Ser emprendedor es realmente duro. Si eres una persona a la que no le gustan los riesgos económicos ni laborales y que prefiere ir a lo seguro, no hace falta que pierdas el tiempo porque esto no va a ser lo tuyo. Si los problemas te agobian demasiado y te estresas cuando las cosas parecen no estar bajo control, entonces este tampoco es tu lugar. Si no estás dispuesto a pasar algunos fines de semana y festivos encerrado en tu oficina (habitación, “zulo”, llámale como quieras…) creando tu criatura mientras los otros “tienen fiesta”, tampoco pierdas el tiempo con esto (pero cuidado para que no se vuelva rutinario). Si no te consideras alguien creativo entonces tu camino va a ser muy difícil, la creatividad aquí es como un turbo y si la tienes vas a jugar con ventaja, ya que tu campo de visión va a ser más amplio (vas a poder descubrir nuevos caminos y atajos) y tu rapidez y agilidad van a ser mucho mejores. Por supuesto la creatividad se retroalimenta con la experiencia y se va mejorando con el tiempo, pero “tiene que haber unos mínimos” para poder ir mejorando.

Lo peor de todo es que cuando emprendes no hay garantía de ningún tipo, ni aseguradoras que te cubran en caso de fracaso, más bien lo contrario, porque te van a reclamar las deudas. No hay una fórmula mágica para que las cosas salgan bien. Una estrategia ampliamente usada es la de “prueba y error” y una ley que nunca falla es la de Murphy. Aparte de eso, pocas cosas más hay seguras en este mundo, además de adaptación constante al cambio y aprendizaje continuo.

Dicho todo esto, que el emprendedor nazca no es suficiente, luego hay que “crecer”. Esto significa que hay que explotar estas habilidades para poder ganar dinero con ellas, sino tampoco van a servir de nada. Para crecer en este sentido lo mejor es la experiencia, complementada con la formación. Ojo con lo dicho, “complementada con”, porque tener estudios no es garantía de nada, y menos hoy en día con la situación que estamos viviendo. No obstante, es muy bueno contar con una buena formación, ya que nos da una base de conocimientos muy importante para poder crear nuestros negocios, o al menos intentarlo.

Por último decir que es muy probable que se llegue más lejos por constancia y esfuerzo que por aptitudes innatas… ¿Recordáis la fábula de la cigarra y la hormiga? Por lo tanto, no hay que desistir, ni tampoco creérselo.

Más información: Eureka Startups.

Fuente: Eureka Startups.