Brasil se ha convertido en los últimos años en una de las principales economías del planeta. El crecimiento sostenido experimentado a lo largo de una década lo ha convertido en la sexta mayor economía del planeta en 2011 -con un PIB de 2,5 billones de dólares- y en uno de los países más atractivos para la inversión directa extranjera –el año pasado recibió 66.700 millones de dólares, un record histórico que situó al país como el cuarto mayor receptor de IED del mundo-.

Para alcanzar esta posición privilegiada, el país ha construido una base económica sólida, con un sector público solvente, un endeudamiento privado limitado, un sistema financiero fiable y un mercado interno de gran recorrido. Todo ello le ha permitido crecer a tasas notables, viéndose mucho menos afectado que la mayoría de economías del planeta por los efectos de la crisis mundial.

El atractivo de Brasil no ha pasado desapercibido a las empresas españolas, que han convertido al gigante suramericano en un importante socio comercial -en 2011 la corriente de comercio superó los 6.000 millones de euros- y en uno de sus principales destinos de inversión -el año pasado superó los 4.000 millones de euros, cifra muy superior a la registrada en cualquiera de los diez años anteriores-. Así, España se sitúa como el segundo mayor inversor en Brasil, con una cifra superior a los 46.571 millones de euros de 1993 a 2011, sólo superada por Estados Unidos.

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Fuente: Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).