Las ventas son como ir a pescar, hay que ir con motivación, paciencia y tolerancia al fracaso. En un mal día de pesca poco a poco los pescadores van cediendo al desánimo y plegando la caña; es entonces el momento de los persistentes. Cuando te quedas solo en el río aumentan exponencialmente tus posibilidades de éxito, y en algún momento tienen que darse las truchas.

Siguiendo estos principios puede ser una muy buena idea plantearse currar en agosto, a contracorriente de la mayoría de nuestra competencia.

Ojalá este post no tuviera razón de ser

Relacionado con el trabajo en agosto y los días festivos en España, cambiando brevemente de tercio, podemos hablar sobre nuestra productividad. Soy defensor de primero revisar la organización y los procesos si queremos incrementarla. Y aquí habría mucho que revisar. En nuestro país tenemos amplios y variados periodos catastróficos para los negocios, que vienen marcados por el mes de agosto, periodos vacacionales como semana santa y navidades, festividades locales y un buen número de días festivos con los que nos montamos puentes y acueductos. Al final se nos queda el año hecho unos zorros en comparación con otros países.

Sin perder días de descanso, yo propondría cambios radicales. Eliminaría todos ("todos") los días festivos y los sumaría a los días de vacaciones. Daría más flexibilidad a los trabajadores para cogerse vacaciones cuando quisieran, introduciendo estrictos procedimientos de sustitución y cobertura por vacaciones de un empleado. Y que nadie me diga que esto no es posible en España cuando estamos en situación de emergencia nacional, y nadie hace nada digno de mención para salir de aquí sin irreparables daños en nuestra estructura social. Tengo más sugerencias radicales, pero no me quiero desviar del tema ...

7 buenas razones para currar en agosto

Volviendo a nuestro tema principal, ¿merece la pena trabajar en agosto? Vamos a recordar 7 buenas razones por las que esto puede ser recomendable.

1.- Ciertamente en agosto, dependiendo del sector, puede caer radicalmente la demanda, pero siempre se mantiene parte de la misma. Como la competencia también cae drásticamente, podemos ser capaces de acceder a demanda no satisfecha.

2.- Al caer la competencia se alteran los equilibrios y podemos acceder a demanda con la que es posible que el resto del año no seamos competitivos. Una vez hecho el cliente vamos a fidelizarlo.

3.- Damos un mejor servicio a nuestros clientes actuales, que verán con muy buenos ojos nuestra disponibilidad.

4.- Ofrecemos una imagen de compromiso con nuestro servicio, que nos hace ganar puntos ante nuestros clientes actuales y prospectos. A todos nos gusta ver cómo nuestros proveedores se lo curran y se ganan a pulso las ventas. Tendemos a premiar a los constantes y trabajadores. ¿Qué piensas cuando un proveedor no te atiende a partir de las 18:00 o los viernes por la tarde? Yo pienso que le pago demasiado.

5.- Al mantener la actividad en agosto no necesitamos un periodo de precalentamiento al reiniciarse la actividad en septiembre, puedo llevarle la delantera a la competencia.

6.- Podemos dedicar más tiempo para la mejor planificación del último periodo del año, e incluso a planificar objetivos para el año que viene. Encontraremos el tiempo para pensar y planificar que nos puede faltar el resto del año. Y estas tareas son el origen del éxito.

7.- Dispondremos del tiempo para abordar esas tareas importantes que lo urgente va desplazando; como por ejemplo un restyling de nuestra web, para demostrar a nuestros clientes que seguimos en la cresta de la ola.

Por mi experiencia trabajar en agosto merece la pena, estamos en un entorno distinto al resto del año e incluso podemos redescubrir el gusto por las cosas bien hechas con tiempo y dedicación. He visto notables éxitos comerciales gracias a la decisión de mantenerse en la brecha en estas fechas. Si te quedas seguro que no te arrepientes.

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Fuente: Puro Marketing.