Fuentes: InPaula, Andalucía Innova, La Voz de Almería, Expansión.com

Una de las técnicas terapéuticas más utilizadas en el tratamiento de pacientes con enfermedades neurodegenerativas y traumatológicas es la hipoterapia (del griego hippos -caballo-). Es una actividad que aprovecha el movimiento tridimensional del caballo, sus impulsos rítmicos y el calor generado por el cuerpo del animal para estimular músculos y articulaciones.

Desde hace siglos se conoce que la cadencia del caballo al trotar produce efectos beneficiosos para el jinete, hasta el punto de que existe una técnica terapéutica, la hipoterapia, que se utiliza en el tratamiento de pacientes con enfermedades neurodegenerativas y traumatológicas. El problema, como es obvio, es la dificultad que supone tener acceso a un caballo.

El Instituto de Neurorehabilitación InPaula ha puesto en marcha un sistema que replica el movimiento tridimensional del caballo, sus impulsos rítmicos y el calor generado por el cuerpo del animal para estimular los músculos.

“En realidad, estos simuladores ya existían y los utilizan los profesionales de la equitación para su entrenamiento, pero nuestra aportación, gracias a la colaboración de la ortopedia Oliva, consiste en adaptarlo para darle un uso terapéutico y, sobre todo, aplicarle el calor que genera el animal (38 grados) y que reporta importantes beneficios al paciente”, explica Pilar Flores, directora de InPaula e investigadora del Departamento de Neurociencia y Ciencias de la Salud de la universidad almeriense.

Así, este proyecto pionero en España extrapola los beneficios de la hipoterapia a la sala de rehabilitación a través del simulador equino –con el efecto del calor del animal incluido–, integrado en las dinámicas desarrolladas con niños. Se trata de una especie de caballo mecánico que imita el trote del animal. Otra ventaja que ofrece el sistema de esta spin-off es que el movimiento se adapta a las necesidades de cada paciente.

Su uso está indicado para afectados de parálisis cerebral, traumatismo craneoencefálico, espina bífida, deformidades del raquis, escoliosis o actitudes escolióticas, tortícolis, distrofias musculares, autismo o síndrome de Down, entre otras patologías. Actualmente, la firma tecnológica está aplicando esta técnica a 25 niños.