Muchos emprendedores, que ves que tienen una buena idea de negocio, que han establecido una buena estrategia, que se han trabajado a tope el desarrollo del plan de negocio, ... luego lo echan todo por tierra cuando les toca hacer una presentación en público de su proyecto", comenta Cirilo Hernández, coach de habilidades psicomotrices y psicosomáticas.  Esta opinión suele estar refrendada por otros muchos expertos en creación de empresa, incluso, por diversos estudios recientes.

Por ejemplo, según una encuesta del Programa de Emprendimiento Peregrino del Atlántico (PEPA), siete de cada diez emprendedores sufre síntomas achacables a los nervios antes de una presentación de su proyecto, como sudoración en las manos y sequedad de boca antes de una presentación. Pero aun hay efectos muchos más desagradables: a tres de cada diez les tiemblan las piernas, empiezan a tartamudear y alguno se queda absolutamente en blanco.

Efectos achacables en muchos casos a la falta de práctica en estas lides. Por eso, Jesús Miramebien, profesor de habilidades para la comunicación in person, recomienda "desmitificar en nuestra mente el acto de presentar algo en público. Para ello nada mejor que convertir esto en una rutina: llegas a un bar y vas a pedir una caña, pues le haces al camarero una introducción de cuál es la evolución del sector de la restauración en estos momentos, cómo el modelo de negocio descansa cada vez más en el trato personalizado al cliente, la importancia del factor humano en esta estrategia.... y que te gusta con espuma y fresquita. Y, si el camarero no te ha desalojado del local, podrás ver los resultados de tu destreza a la hora de comunicar (si la cerveza está calentorra y carece de la más mínima corona de espuma, has fracasado)".

No obstante, no debes darte por vencido.

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Fuente: Revista Emprendedores.