«¡Queremos salvar a mucha gente con talento de una carrera en un banco!»

Cuando asumió el reto de arrancar la oficina londinense de Yammer, encontró todo lo que necesitaba en Tech City, un polo de industrias creativas y tecnológicas en la zona de Hoxton. «Nuestra ambición es juntar la creatividad y la energía de Shoreditch y las increíbles posibilidades de la Villa Olímpica para hacer del Este de Londres uno de los grandes centros de tecnología del mundo», afirmó Cameron en un discurso.

Un sector en alza

Esta factoría de «startups» ha pasado de la veintena de empresas iniciales a más de 600 en algo más de tres años. Por eso, sus responsables aseguran que se trata del «cluster» o polo de empresas tecnológicas de más rápido crecimiento del mundo. Yammer, que emplea a unas 270 personas en todo el mundo, instaló su oficina en el Este de Londres hace nueve meses, con 3 personas. Ahora tienen ya 20 empleados, según nos explica el propio Ell, y piensan multiplicar por dos la cifra en el siguiente trimestre y volver a duplicarla en el segundo de 2012.

Este paraíso urbano de la innovación se extiende en torno a la rotonda de Old Street, una intersección entre el distrito financiero al sur y la zona alternativa de Hoxton, con el nuevo paisaje de la Villa Olímpica en línea recta hacia el norte. Es la rotonda Silicon. Un panorama que nada tiene que ver con el Londres victoriano, sembrado todavía de solares vacíos, lonjas industriales, garajes y viviendas de protección oficial.

Una apuesta inteligente de las autoridades locales donde ya estaban instaladas empresas pioneras como Lastfm, la gran radio por internet, TweetDeck, adquirida recientemente por Twitter —que estudió instalar aquí su cuartel general europeo, aunque se inclinó por Dublín por razones fiscales—, o Mind Candy, la compañía responsable del site de los Moshi Monsters, un universo virtual de personajes infantiles que algunos llaman el «Facebook de los de siete años».

«Garaje de desarrolladores»

En pocos años, el lugar ha llamado la atención de grandes del sector como Cisco Systems, Vodafone, Qualcomm, Intel, McKinsey o Facebook, que ha decidido instalar aquí una de las bases de su «garaje de desarrolladores», la cantera de ideas de la red social. Google ha alquilado también un edificio de siete plantas en la zona para ofrecer espacio a proyectos innovadores en torno a sus productos.

«La vibración es de trabajar mucho y arriesgar, pero no en el sentido competitivo clásico de los chicos de la City», describe a Empresa Matt Evans, 35 años, uno de los miembros del Hoxton Mix, el grupo de pioneros de la zona. «Aquí se trata de compartir las ideas para dar a la gente visión, innovación y competitividad frente a los viejos actores con los que competimos por el capital», añade el fundador de Solid State Group, a quien le preocupa la incipiente falta de espacio de oficinas asequible y el posible impacto comercial de los Juegos de Londres 2012.

Un proyecto español

Un entorno, en todo caso, en el que el papel del Gobierno es el mínimo necesario. «El gobierno se queda al margen, para no estropearlo», explicaba hace unos días Eric Van der Kleij, responsable de Tech City. Lo que más valoran las empresas de la zona son las deducciones fiscales por invertir en I+D, las facilidades para obtener visados de emprendedores, y el papel de las autoridades organizando eventos y espacios para el «networking». Y poco más. Para quienes llaman a la puerta de este cotizado espacio creativo, el dinero público financia los servicios de una agencia de «aterrizaje» que asesora en materia administrativa e inmobiliaria.

Así lo explica Aitor Grandes, de 35 años de edad, fundador de 24 Symbols, una exitosa «startup» que aspira a convertirse en 2012 en la primera empresa española en Tech City. «Nos han tratado fantásticamente, nos ofrecen una agencia de «soft landing» gratuita y nos ayudan en lo más básico, crear una empresa y abrir una cuenta en Reino Unido», nos explica el responsable de una innovadora plataforma para leer libros en internet –<<un Spotify, pero de libros>>-, atraídos por la concentración de «venture capital» y de editoriales en la capital británica. «Acostumbrados a lo que cuesta todo con la Administración en España, esto está a años luz», sentencia.

Más información: ABC.

Fuente: ABC.